lunes, 29 de agosto de 2011

Déjà vu.


Siento que regreso a los antiguos senderos, a aquellas calles que marfil el tiempo oxidó;  bañando de  sepia los recuerdos difusos.  Me pierdo en pasadizos que mezclan nostalgia,  que enseñan a recordar lo que nunca se tuvo,  pasillos malditos y sacros, ironías de tiempo y propiedad.

Recuerdo el desfile, las comparsas y venturas,  las incontables tonterías, las noches de gala, la vida en antifaz. Recuerdo tu nombre como  tibio lamento de una vida en  tiempo fue vida, y así; sin quererlo,  me pierdo de nuevo en historias ajenas, en cantares y moralejas.  

Con el tiempo acrecentando mis largas arrugas contemplo dichoso un lago perdido, donde atracan los barcos de sueños que su rumbo perdieron, donde se ahogan los niños que en ti creyeron. Ahora más viejo y poco sabio te entrego aquella  palabra que significa recuerdo.

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