Las luces la noche hacian brillar el pelo de Amy, quien sin duda era la joya de la familia, mientras se encontraba fuera de casa lavando las ropas de su madre alcoholica, quien después de darse un baño, cayó dormida profundamente tras su dieta diaria de alcohol.
Para Amy, el mayor de los temores era llegar a ser alguna vez como ella, pues entendía que los hijos solían parecerse a los padres hasta en la actitud, y mientras para otros esto podía llegar a ser un orgullo, para ella era la peor de sus pesadillas.
Su única esperanza era su padre, pero papá solo era un cheque mensual que su madre dilapidaba con rápidez. Para Amy, robar era solo un tecnicismo, pues necesitaba dinero para comprar comida que no estuviera en lata, el unico alimento que presenciaba las alacenas de su casa, cuando las botellas de vodka barato le dejaban espacio.
Tan natural como tú o yo.
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