viernes, 16 de marzo de 2012

Otoño.


Como un baile llegan a ellas las sensaciones, inmensas alegrías y sonrisas; niños cantando por doquier. Unos leves haces cálidos contrastan  con el  aire frío de una mañana joven y enamorada, mientras el olor a manzana empieza a elevarse y condensarse entre las hojas; impregnan cada centímetro del árbol, se mezclan con el rocío matutino, se amalgaman, se aman. 


La tristeza es la muerte lenta de esas simples cosas, con cada manzana arrancada y con cada árbol movido, de la alegría verde mate al colorido de las hojas otoñales que en días previos enamoraba el paisaje, sólo queda un desfile de hojas suicidas y árboles desnudos, proyectiles de piel marrón que se inmolan al suelo comprendiendo que sus cosas queridas son tal vez ausentes y la alegría de la hermosa primavera no es más que un recuerdo lejano devorado por el tiempo. Abandonan este mundo con una sabiduría inmaculada, con el entendimiento pleno de haber amado y vivido, de haber sentido cada viento en sus delicados filamentos.

El sol, la lluvia, los predadores, la tempestad...

Han vivido y sufrido, abrazando la gloria y el miedo, a veces al tiempo, a veces en proporciones iguales. Es ahora el viento ausente de luz solar el que las golpea, revolcando sus cuerpos moribundos a la par que los estampillaba contra las pequeñas colinas, torbellinos de muerte decían los antiguos, y en la agonía de su despedida, en el dolor de su despedida, comprendían que lo vivido y encantado no podía ser jamás olvidado por más fuerte que embistiera el viento.

El olor a manzana era reemplazado por la densidad de agua en el aire y el sabor a tierra en la distancia, era el fin, pero un bello fin; la terminación Molto de una hermosa sinfonía que les enseñó a amar los pequeños detalles, las cosas simples que el tiempo mata, las cosas simples que brindan magia. 

2 comentarios:

  1. Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amo la vida.

    Es de una canción fundamental, muy bueno!!!!

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  2. Sí, en gran parte esa canción influyó en los sentimientos que tenía cuando la escribí.

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