jueves, 7 de julio de 2011

Una de cada Diez.

Todo el paisaje era borroso y ligero. Un trance  profundo empezaba a dominar la voluntad de Greca, sin embargo; aquella extraña paz era violentada por un pequeño graznido de dolor acompañado de un fuerte aleteo, y de otro, y otro…

Greca intentó reaccionar pero ya era muy tarde, Gregorio se adelantaba sonriente en un ritual ancestral, cada nuevo silencio moría tras un crujir producido en sus manos fuertes; un crujir acompañado de un aleteo, y de  otro, y otro.

Se acercaba, en pocos segundos Gregorio y Greca se verían de frente, uno a uno como dos rivales ancestrales; cuando al fin llegó el momento final, aquel insípido destino revolvía el estómago de greca, ella empezó a gritar y llorar, suplicaba por su vida, anhelaba perdón, compasión.

¡CRACK!

Gregorio sacrificó a greca para su almuerzo de fin de año sin saber que una de cada diez gallinas entienden lo que es la muerte.

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