jueves, 19 de agosto de 2010

Busqueda

Caminaba por las calles mientras su sombra se proyectaba una y otra vez por los fugaces automóviles; esta noche de particular oscuridad era acompañada por los vientos fríos que anunciaban el invierno. Su mano derecha apretada fuertemente no cedía, cada paso alimentaba la presión de sus dedos. En su mano izquierda reposaban cuidadosamente unas flores secas.
Es imposible, simplemente imposible –se repetía él una y otra vez mientras soltaba el nudo de su corbata- la gente no puede evaporarse sin más, no puede, no puede…
Tambaleó en algunas ocasiones, pero mantuvo firme el paso, en el aire flotaba los vestigios de aquel inconfundible perfume. Las calles dejaron de ser desconocidas, su sombra recorrió el caliente asfalto, los andenes helados besaban sus pasos. Conoció cada árbol y perro, memorizó con eficiencia las rutas de escape, podía distinguir con facilidad a la gente incauta y a los fieros rivales, entendió el idioma de los gatos, descubrió el lenguaje oculto de la lluvia, logró prever las extrañas artimañas del sol…
Cuando levantaban el cadáver de aquél vagabundo notaron que los dedos de su mano derecha estaban incrustados en su palma; entre la callosa piel reposaban los vestigios de algo similar a un papel. A su lado, unas sucias flores plásticas…

1 comentario:

  1. La Imagen del Vagabundo Muerto Con las flores plásticas al Lado.. Conmueve!

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