Yo tuve un amigo, casi un hermano. Por largas tardes nos vimos envueltos en el misterio de la vida; compartiendo experiencias, recordando con nostalgia, soñando gratamente… A diario llegaba cargando bajo el brazo historias de verdad e inocencia, en su mente se albergaban los problemas y la sinceridad. ¡Más que un amigo un hermano! Un hermano de palabras pausadas, diáfano mirar, enfermos gustos, veraz trato e irreverencia natural.
Aún no logro recordar sus últimas palabras, no puedo si quiera revivir nuestra más reciente charla, solo sé que una mañana no llegó… Largos días desfilaron inertes, zombis, inservibles. Junto a ellos, diversos amigos llegaron aunque ninguno como él.
Podría jurar que su voz retumba en los chistes de antaño o decir tal vez, su alma vive encerrada en un cuerpo conocido. A veces le veo tan distante, caminando diferente, hablando distinto… Jura que no ha cambiado; pero, en mi interior sé, he perdido a mi hermano, paz en su tumba, ¡Paz en su tumba imaginaria!
Muy bueno...paz en su tumba!
ResponderEliminarEn su tumba imaginaria.
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ResponderEliminardescansa acompañado de hadas, entre ogros y ents, el sueño eterno le ha cubierto y todos lo extrañan, pero es inevitable a pesar de sus rostros fuertes, evitar a aquellos valientes enanos, enterrar a su maximo heroe jamas conocido.
ResponderEliminarSu hacha yace, acompañando lealmente a su dueño en aquella tumba, sirviendo de emblema para recordar a quien alguna vez fue. He dicho :) :D jejee
jejejeje
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