viernes, 1 de abril de 2011

El nacimiento del espíritu de Ormasth

El sonido de los cascos de caballo contra la arena de rio le trae nefastos recuerdos al pequeño Ormasth, no hace mucho que los barbaros masacraron a su gente y se lo llevaron con él a las vastas colinas del norte. Su perspectiva no era muy buena, debía hacerse de la fuerza necesaria para poder escapar de aquel lugar y vengar a los suyos, pero por mucho tiempo no encontró un solo rayo de esperanza que le amparase en el desgarrador frio de su celda.

Al crecer, Ormasth, esclavo ganado en las tribus del sur, fue trasladado a una celda más grande, junto a otros esclavos que, como él, habían perdido toda esperanza. Se apoderó de un rincón al que caía la luz de las estrellas que cambiaban de forma con el pasar de los días, y entre sueños y visiones, le mostraron que muy dentro de él, todavía existía el poderoso guerrero que su padre le relataba que se convertiría, cuando era muy pequeño y aún no podía ni pronunciar palabra.Fue el manto nocturno el que le llevó a un recorrido cósmico entre las leyendas de sus antepasados, alguien allá arriba tenía una fuerte fe por el muchacho.

Pero las oportunidades para escapar eran pocas y aún más eran las de vengar la sangre de su familia. Una noche de junio, creía el por el orden de las estrellas, llegó a la celda un joven esclavo de una tierra similar a la suya. El nuevo compañero de celda se hacía llamar Manninder, y juntos armaron un plan para salir de aquel lugar. El momento adecuado llegó, y ambos muchachos se encontraron a varias millas del campamento opresor de los bárbaros.

Llegaron a un pequeño pueblo y encontraron una cueva que les serviría de refugio durante esa noche, al menos. Ormasth salió en la noche y se internó en el bosque para realizar un pequeño ritual en agradecimiento a las estrellas por su iluminación en esos tiempos difíciles, al regresar a la cueva, escuchó la voz de otros, que charlaban en forma altiva con Manninder. Por lo que escuchó le estaban ofreciendo un trato

-¡Su libertad a cambio de la vida de su compañero, fugitivo! – le gritó el barbaro a Manninder – Deberá traerme su cabeza mañana antes del amanecer, le daremos a cambio su libertad y una moneda de Oro.

-Vamos, no puede ser tan ingenuo de pensar que después de eso lo dejaran con vida a él también, más aun de creer que le darán recompensa en metálico – pensó Ormasth escondido tras un grueso tronco de roble.

-Ddde acuerdddo – musito Manninder al barbaro – tendrá su cabeza para el amanecer.

Ormasth aún no podía creer que aquel que había considerado su compañero en la venganza se doblegara ante los asesinos de su propia familia y prometiera su cabeza. Pero algo de esperanza por la fidelidad de Manninder quedaba dentro de él, por lo que decidió entrar a la cueva con normalidad pero mucha precaución. Ormasth se dispuso a extender algo de paja que encontró en el camino para no tener que dormir sobre el suelo húmedo y rocoso de la cueva, cuando sintió que un cuchillo se acercaba por su espalda.

5 comentarios:

  1. Siempre hay una historia tras cada héroe.

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  2. Siempre hay un antecedente para cada furia.

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  3. Siempre hay una cabeza para cada recompenza.

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  4. Siempre hay un mercenario para cada oferta de Lord Walker.

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  5. Siempre hallaremos en nosotros la esperanza para ser guerreros.

    Seducidos empieza muy bien el mes :)

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