El paso de las Colinas del Nort-Este, bordeando el Lago Azul, en la frontera con los valles salvajes.
martes, 31 de mayo de 2011
El paso de las Colinas del Nort-Este
El paso de las Colinas del Nort-Este, bordeando el Lago Azul, en la frontera con los valles salvajes.
lunes, 30 de mayo de 2011
A través de las colinas.
domingo, 29 de mayo de 2011
Un nuevo designio.
lunes, 23 de mayo de 2011
El Abrazo.
Pongamos que mis sentidos, ante mi supuesta ausencia, no sirven para nada. No puedo tocar, oler ni saborear lo que hay a mi alrededor.
Imaginemos, por un solo instante, que sé que hay un montón de gente junto a mí que me habla, me toca y me acaricia. Los hay que lloran, que rezan y que, con mirada ausente, se pierden en sus pensamientos. Los hay que ríen, cantan y que, con destellos en los ojos, dan rienda suelta a su alegría.
Y ahora veamos la realidad.
Veo y oigo a todos. Huelo y siento los perfumes de personas y cosas. Saboreo, sin poder remediarlo, un adiós. ¿Por qué ellos no me oyen?, ¿qué me pasa? Mi cerebro no sabe qué pensar y por momentos rozo la locura. Grito, pataleo y gesticulo, pero es imposible. Para ellos no existo.
domingo, 22 de mayo de 2011
Alquimia.
viernes, 20 de mayo de 2011
Contrición.
jueves, 19 de mayo de 2011
El toque exacto de caramomo
Bañada por las luces naranjas del atardecer ella legó al pueblo una tarde de abril, con su maleta de flores bordadas en la mano izquierda y en la derecha la guitarra que no le permitía sentirse sola. Le pidió al carretero dejarla en la casa de tejados curvos que había visto en una pintura algún tiempo atrás.
Al llamar a la puerta, el olor a pastel recién horneado se filtró por las rendijas y le dio la más amable de las bienvenidas. Una señora muy grande la recibió, haciéndola seguir al instante, le preguntó porque no había entrado por la puerta de la pastelería y la hizo sentarse en una de las mesas para atenderla. La muchacha le explicó que recién llegaba al pueblo y si el carretero la había llevado allí, sería una señal de que se debía quedar allí.
La señora muy grande la miró con desconfianza, nunca antes la había visto en su vida y no sabía nada de ella, se preguntaba cómo era eso de que se debía quedar allí; le explicó que la muchacha que antes les ayudaba en la pastelería se había marchado con el muchacho de la verdulería para la ciudad y le propuso que si pasaba una prueba, le daría su vacante. Ideo una prueba imposible, para tener la certeza de no tenerla en casa hasta averiguar más sobre su procedencia.
Pocos minutos después le llevo una tacita de café que acompaño con dos galletas de arroz, la muchacha mojo la primera galleta en el café y la felicitó por el toque de cardamomo que le había adicionado a la bebida, la señora abrió bien los ojos, no conocía a la primera persona que supiera de este maravilloso condimento más que los integrantes de su familia, tenía la plena confianza en el secreto familiar, y en lugar de felicitar a la muchacha se espantó por su respuesta.
La muchacha sonrió ampliamente, le comentó que era la razón por la que le gustaba más el café que preparaba su padre en comparación al que preparaba su madre, le comento que entendía bien su desconfianza, y le recomendó darle su vacante al ser la forma más rápida en la que ella podría conocer su procedencia.
miércoles, 18 de mayo de 2011
La última batalla.
jueves, 12 de mayo de 2011
Canta y no llores.
miércoles, 11 de mayo de 2011
Miedo.
martes, 10 de mayo de 2011
En el soplar del viento
¿Cuántos años más deben pasar?, ¿cuántos caminos más debes recorrer? Antes de ser llamado hombre.
Cuantas veces has cruzado su mirada al encontrar su rostro entre los habituales en la acera, pero ella ni se inmuta de tu presencia, te ve sin mirarte, le sonríe al viento como burlándose de tu expresión suplicante. Ella, en las rocas que dan al mar, vuelve a nacer en el viento que la acaricia suavemente en las frías tardes de otoño.
¿Cuántos años más deberán pasar? ¿Cuántos caminos más deberás recorrer para que ella te mire sin verte, y notar que ya eres un hombre? La respuesta, mi amado hermano, sopla en el viento que la estremece, el mismo que al sentirlo esta tarde de mayo, te ha pedido ser tú quien la vea nacer una vez más.
Suicidio.
lunes, 9 de mayo de 2011
Tan joven y tan viejo.
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.
domingo, 8 de mayo de 2011
Templanza.
Y con Homero somos 5.
viernes, 6 de mayo de 2011
El Adiós sin despedida
Cuando Matías entro a la habitación de Lucía, solo encontró sabanas revueltas y el armario vacío, desconcertado bajó corriendo las escaleras de la mansión y con un aire lúgubre manchado por la rabia, le suplicó a su buen amigo Lautaro que le diera explicaciones del paradero de su Luz. Lautaro solo pudo lanzar una mirada al suelo y pedirle angustiosamente a Matías que se sentara, esto solo enfureció más al emprendedor joven.
Matías siempre había tenido un temperamento cálido y calmado, pocas veces permitía que la rabia, el orgullo, o la envidia se colara en su actuar; pero nunca hubo día como aquel en su vida, nunca quiso apaciguar menos los brotes de ira traídos por el desconcierto.
-… él llegó más temprano de lo que la gente decente llama a las casas ajenas, y con papeles en mano reclamo a Lucía bajo su custodia, acusó a mi madre de querer quedarse con su herencia, ni si quiera se preocupó por ella, solo vociferaba sobre la herencia mientras sacudía los papeles.
-¿y Lucía?, ¿Ella se defendió? Ella siempre se defiende Lautaro, como permitió semejante atrocidad
-Aquel hombre amenazó con denunciar a mi madre y a mi padre por secuestro si ella no se marchaba con él y lo que me espetó en su defensa fue su consideración conmigo y con mis hermanos, apelando a su falta de padres no quería dejarnos a nosotros sin los nuestros
-¿Y su paradero actual?
-En el aeropuerto, rumbo a una tierra lejana de la que nunca he conocido hombres y solo cobardes.
Día tras día Matías lo vivió con la secreta esperanza que encontrar el sol de la mañana reflejado en los rizos dorados de Lucía, bajando por las escaleras principales, la tarde adornando el estival aroma con su dulce piel y la noche encendida por sus preciosas piernas. Noche tras noche Matías soñó el reencuentro, esperanzado en encontrar en sus ojos el profeso amor que nunca se dieron la oportunidad de ver florecer
por chicos… por chicos…
jueves, 5 de mayo de 2011
Heraldos Negros.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.