martes, 10 de mayo de 2011

Suicidio.

No busques la razón que te trajo hasta acá, no hay tiempos para recuentos  ni arrepentimientos súbitos, no maldigas los frutos que en otrora sembraste sin pensar. Te pregunto yo aterrorizado mortal: ¿Qué harás ahora? Cuando el viento mismo es un bosque de agujas.  ¿Cómo dormirás? Cuando tu alma ya cansada arrastra cadenas impropias a la edad.

Ahora sólo reniegas y reniegas sin parar, mas el coraje usado para tan íntimo acto fenece pútrido bajo la carne que lo concibió. Retaste a dioses, a tu familia, a tus hermanos. Te creíste dios sin pensar que con aquel acto renunciabas a ser humano, un alma sin ninguna asunción.

Llorabas por  vivir, ahora gasta tus lágrimas al verte partir.

2 comentarios: