domingo, 29 de mayo de 2011

Un nuevo designio.

Y por un breve momento todo fue paz…

Una vez reorganizados los hombres y atendidos los heridos, despojaron a los enemigos muertos de sus prendas e hicieron dos piras grandes con sus cuerpos, una en la meseta y otra en el valle, llamándola en tiempos posteriores la meseta de la batalla. A sus compañeros les enterraron en una gran fosa común en el valle de los héroes, sobre ésta con armas y atavíos esculpieron en la tierra húmeda el estandarte de Argus y de la Cuaderna del Este.

En la avanzada noche los hombres y mujeres se reunieron en la meseta, tras los portones que cortan el paso de las colinas, allí descansaron. Agobiados por el cansancio pero con el alma colmada de grandeza cenaron en silencio honorando así el alma de sus hermanos caídos, aquellos que desde ahora les vigilarán desde el primer cielo.

La mañana llegó acompañada de un mortuorio silencio. El sol primaveral no se asomó ocultado por una grisácea neblina, por un momento se sentía el nocivo frío invernal regresar amargamente. Lady Séni contempló aquel amanecer sin descanso, su antebrazo izquierdo comenzaba a inflamarse, aún lograba sentir las astillas de madera cortando sus tendones. Tomó unas sedas y con éstas atendió las heridas, nuevamente vistió la cota de mallas para luego atar el escudo. La siguiente hora abrazada por el frío de la muerte fue combatida en su habitación con un silencio convocador de paz; Capitana de la Cuaderna del Este, Teniente de las Fuerzas Argureanas, una y otra vez repetía mentalmente sus títulos mientras invocaba a los dioses el coraje, la sabiduría para continuar las jornadas.

Prudencia, justicia, templanza, fortaleza… 

Lady Séni oró, aceptando con humildad la muerte, dejando en las manos divinas la decisión de su destino. Con amor sintió la calidez de los dioses calmando su dolor, el mismo calor que en visiones dictaminó su destino. Así, cobijada por la voluntad celestial, salió de su habitación directa a la sala de guerra donde sus sargentos planeaban los siguientes movimientos pues los bárbaros del Noreste no acostumbran a cruzar las colinas. El augurio del frío en primavera no puede ser un buen augurio.

2 comentarios:

  1. Pero Lady Séni es un personaje fundamental, no puede sufrir con muerte como fin las penurias de la muerte.

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