jueves, 24 de marzo de 2011

Honor

Al llevar mi taza a la boca pude notar sobre ésta que su mirada era incansable, su pipa se consumía lentamente en la  mano izquierda y sin dejar de observarme bebió el último sorbo de té. No lo creerás Damian, total nadie lo creería –me dijo secamente-, hace cinco años murió en ésta misma sala.

Atónito sentí como el aire me abandonaba condenándome a una asfixia mortal, el té caliente quemó mi lengua y por designio divino reaccioné.
-¿Acá murió?-pregunté exaltado-
-Sí, en ésta misma sala.
-Pero, ¿Cómo es posible? es decir, él salió de casa hace algunos años pero siempre creí que había formado otro hogar.

No me contestó, sus espesas cejas permanecían inmóviles, luego de dar un sorbo más de té habló con una calma asombrosa.

-No, acá murió, tu hermano falleció en ésta misma sala, en el mismo sillón en el cual tú estás.
-¡No! ¡No es posible! ¿Cómo murió? –Impasible me miró y escuetamente sonrió-
-Porque yo lo maté.

Embriagado por el espanto sentía el alma retorcerse a través de mi piel, su sonrisa menguó  pero me acompañó hasta el fin de mis días, antes de poder comentar, llorar, gritar, él continuó.

-Hace seis años llegó a nuestra granja, mostró una increíble vitalidad, no tardé en contratar a ese extranjero acá en la granja, aprendía rápidamente y siempre estaba dispuesto a las labores, sin embargo; de todas las personas de éste planeta decidió acostarse con mi hija Amelie, la más pequeña, le rompió el corazón, después de entretenerse con ella unos meses le abandonó y decidió empezar a cortejar a la hija del posadero, Amelie lloró hasta su muerte en vida, nunca volvió a ser la misma…

…No te preocupes –agregó con una sonrisa esperanzadora- su muerte fue indolora y su cuerpo enterrado en el cementerio local junto con otros muertos de una mina, creo que ya entenderás el dolor de un padre, ya sabes cuál fue su destino, pero no olvides que la verdad agobia y condena, no te molestes en enfrentarme,  sabes; las almendras amargas ya hicieron efecto, ahora sólo deja que tus ojos se cierren.

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