sábado, 2 de octubre de 2010

Cerveza


Una, por los fecundos besos y el triunfo diario.
Dos, libertaria de fiestas y antologías.
Tres, para hallar la certeza en el destino.

Una, cual oda al amor.
Dos, por la cofradía diaria.
Tres, para remembrar y actuar.
Cuatro, ya que lo inmediato dista de ser importante.

Una, y así mantener el hábito.
Dos, por las jornadas diarias.
Tres, a la salud de aquella compañía incondicional.
Cuatro, para sobre llevar las penitencias insalvables.
Cinco, así blasfemo contra el destino.

Una, es necesario distraer la mente.
Dos. Aún le amo…
Tres, nunca le fallé.
Cuatro, maldito sea su tacto.
Cinco. A tu nombre brindo, compañera de penas…
Seis, por el dolor cotidiano y su empecinada manía de habitar en mí.
Siete, ¡Malditos sean todos!, ¡todos juntos y a la vez!
Ocho, nueve, diez, las que vengan… …Total, ya nadie reza por mí.

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