lunes, 11 de octubre de 2010

Lucia


El silencio condenó a quien siempre hallaba una sonrisa como respuesta. Los cristales que formaban la realidad por segundos parecieron quebrarse, el ruido trajo consigo la ausencia de toda razón, mil latidos con sus agonías y alegrías transformaron a Lucia en estrella, en una distante luz condenada a vagar continuamente a través del tiempo hasta inmolarse en los ojos de un sabio, un profeta o simplemente un adivino…

Un loco creyente que siga las luces y les brinde nombre; para que, en cada momento de intima soledad pueda tener un albor que sacie las agonizantes noches, un sincero ignorante que sienta el fulgor de lo que vuela y recorre planos irradiando esencia y alegría.

Hoy Lucia se volvió estrella, una providencia roja, una nova blanca; divagó por las entrañas de su alma, sintió y calló… Como sólo puede sentir quién descubre la verdad mezcla razón y pasión encerrada en los anaqueles del alma, donde reposan también los sueños, donde esperan impacientes los dioses. Lucia mitad pasado guardo silencio para ser libre y gobernar por siempre en los reinos que no son de este mundo, Lucia mitad canción calló y sonrió…

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