Y has clavado en mí, la daga del silencio; tan profunda, tan doliente, tan sincera… Un frío de plata acunado en mi alma que en sollozos empoza los recuerdos tuyos, un veneno que no mata ni calma; hirviente y directo, eterno y sacrílego.
Partiste con tu luz dejándome sólo esta daga, clavada en mí cual ruiseñor que te loa, la cual eleva un altar a tu ausencia; el dolor, la angustia, tu olvido. ...Una lágrima que se hunde con el ocaso del mundo.
-Te vas Ruiseñor?
ResponderEliminar-Hace mucho que me he ido.
En dias de angustia y nostalgia, seria la perfecta excusa para taggear al victimario.
ResponderEliminarjajajajaja, Bien puedan.
ResponderEliminarEl olvido el mas perfecto asesino u____u
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