sábado, 6 de noviembre de 2010

La misma noche.

La misma noche, un aire indiferente. Todos viven gobernados por el ruido y las luces citadinas, en la terraza de un edificio seis líneas de heroína son consumidas, más abajo, el amor pagado a cuotas ejerce su profesión.

Asesinatos, hurtos, traiciones, dolor, violencia.

La noche es idéntica para todos, el aire toca a cada persona  por igual, bueno, a casi todas. Los amantes, los valerosos amantes se abrazan sin importar aquellas implacables desdichas, para ellos las siniestras noches no existen, sólo el tacto, solamente el sentir.

Sus palabras abrazan, su tacto susurrante brinda calma y paz, los amantes encuentran en sus brazos un refugio contra las malas tormentas, un mundo en el cual la desdicha no existe, en su sentir se aman como  si no existiera otra forma de vida.

La noche es idéntica para todos, el aire toca a cada persona por igual; sin embargo, las cosas mundanas sólo habitan en los humanos, no en los amantes, no en ellos…

3 comentarios:

  1. Los amantes son para ellos, entre ellos, y como amantes a la vista de terceros, un mundo aparte.

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  2. Regidos por sus propias leyes de la física :)

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