sábado, 25 de septiembre de 2010

Recordar.

Rueda, rueda sin parar, que el mundo gira sin igual…
Rueda, rueda sin parar, hasta dejar de respirar…♪
Volver a jugar no es más que renacer en la nobleza misma del ser; sentir, soñar, reír, vivir. Recordar la singularidad y magia encerrada en las cosas cotidianas, correr sintiendo una refrescante brisa, cantar junto al viento, todo el misterio de la vida creciendo piadosamente.
Con cada vuelta en esa rueda, la existencia se tornaba más simple llegando a mí los actos sencillos y hermosos, las largas tardes soleadas libres de preocupaciones, la inagotable energía propia de la edad, aquella nobleza romántica, una sutil capacidad de asombro.
Rueda y rueda sin parar…
Qué hermosa es la vida cuando logramos descansar sintiendo la brisa bajo los verdes árboles, o tal vez contemplar infantes la grata compañía. Qué hermosa es la vida cuando podemos recordar con alegría.

1 comentario:

  1. (y) chevere
    tengo una mala experiencia con una rueda de esa, dí tantas vueltas que me descalabre

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