sábado, 18 de diciembre de 2010

Liebre de Marzo.

El rumor de aquella tierra de mil maravillas se había extendido por todo el mundo, cientos de personas anhelaban encontrar tan misterioso lugar, tomar el té, comer hongos, ser grandes, tal vez pequeños…  No hace mucho, cuando Mary se encontraba descansando un Sábado cerca al lago, notó, luego de guardar los bastidores, que hacia su derecha un lirón blanco le miraba; algo desconcertada y a la vez intrigada, recordó la fantasiosa historia que rondaba por ciudades y pueblos, tomó algo de aliento, sin pensarlo más, emprendió la caza de aquella liebre de marzo.

Como un libro que se lee nuevamente, la historia se repetía, por un momento ella juró ver al animal sacar un reloj y adentrarse en el hueco de un viejo árbol, excitada por los mágicos acontecimientos le emuló y se lanzó dentro de aquel roble. Ya adentro, la caída no superaba los 3 metros, pero, fue suficiente para fracturarle la clavícula, destrozarle el mentón e inhabilitar sus manos.

¡Dolor! Gritaba hacia sus adentros, luego de estrellarse con tanto ímpetu, notó que, cuando se desplomó, su mandíbula dejó de funcionar, lentamente se iba sofocando; inmersa entre la desilusión, el miedo y la confusión, logró ver en la boca  de la cueva, una liebre que feliz contemplaba su deceso. 

1 comentario:

  1. A la caza de jóvenes señoritas e ingenuos caballeros, concordaron todas las liebres del lugar.

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