sábado, 18 de diciembre de 2010

Marchitos.

En la pequeña ciudad de Trashen. Se encontró un desolador panorama, era un enorme jardín de rosas que yacían marchitas. Trashen es una ciudad pequeña, pero que era frecuentada por muchos viajeros que curiosos llegaban a ver las rosas de Martel, quien  desde niño se había enamorado  tanto de sus rosas que muy pocas veces se separaba de su  casa y su jardín, escasamente se le vio en el centro de la ciudad. El tiempo pasó y Martel ya había crecido, esto no paso desapercibido para las mujeres de la ciudad, pero Martel hasta ese momento sólo tenía ojos para su jardín.

Hasta que un día por casualidad encontró a una mujer cuya belleza no pudo comparar si quiera con la de sus rosas. Martel empezó a venir más seguido a la ciudad sólo para admirar la belleza incomparable de esa mujer, descuidando de a poco su jardín, un día Martel bajo a la ciudad y se llevo una terrible sorpresa, aquella mujer que no podía comparar ni con sus hermosas rosas ya no estaba, se había ido, pero no sola, alguien más se la llevo.

Martel volvió a casa esperando encontrar tal vez consuelo en su jardín, pero era demasiado tarde para acordarse de éste, pues todas y cada una de sus rosas se habían marchitado, no quedó una sola, al parecer marcharon celosas, se fueron sin decir adiós. Sin consuelo, sin alivio, ese fue el último día de Martel en la ciudad, entre la gente y tal vez entre los vivos,  ya que después de todos estos incidentes Martel ya nunca más fue visto. Hoy en su cama, cual escombro final de su existencia, sobre su cama sus ropas y pétalos marchitos de rosas. 

2 comentarios:

  1. La falta de desición, la falta de seguridad, el no ser sincero con nuestros propios sentimientos. Puede hacer marchitarel amor y los corazones

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  2. Y la vida misma, o al menos creo que eso significan las rosas...

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