martes, 21 de diciembre de 2010

Una vez más

La espesura de la noche se cerraba cual prisión, sólo unos escasos relámpagos alcanzaban a iluminar en la distancia, sus piernas no eran ni la sombra de aquellos monumentales pilares, sus manos a duras penas lograban sostener la brújula…

Agotado, perdido. Cuando creía encontrar sendero firme, tropezaba y regresaba cuesta abajo, vagaba como un proscrito, luchaba como un soñador. Su avión se había estrellado hace tres o cuatro días, sin comida, sin asilo, sin esperanzas. Un último intento, trepo a ciegas la colina, otro traspié y de nuevo hasta el fondo del barranco.

Abajo, en la más oscura de todas sus maldiciones, condenado y débil esperó su muerte. Algo en el aire cambiaba, algo era distinto, familiar…  …La oscuridad, el silencio, todo agudizaba sus sentidos, la tierra era plana, húmeda y fértil, en el aire la lluvia intentaba ahogar el sutil olor de la Flor de Jamaica, la sublime especia usada en sus momentos más íntimos.

Recodó las cenas románticas, los amaneceres juntos, las largas tardes en la regadera, los besos furtivos, los masajes complacientes, los sueños  cotidianos, su eterna sonrisa; la misma que le iluminó en tiempos adversos, aquella sonrisa que hoy  le exponía una razón más por la cual soñar, por la cual luchar.

Respirando y sintiendo su amor -el amor de alguien que con tristeza y esperanza aguarda su llegada-, emprendió el ascenso, ésta vez lleno de calma, inmerso en la paz, sobreviviendo, cabalgando en los imposibles del amor.

2 comentarios:

  1. "Una razón más por la cual soñar, por la cual luchar."...muchos la necesitamos U_U

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  2. Es eso lo que nos permite seguir adelante, aún cuando todas las puertas parecen cerradas ante nosotros.

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